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WEI WU WEI - El Arte de Sentirse Bien -Taller-
Blog de juan Carlos Orozco para Talleres Vivenciales

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17 de Octubre, 2012 · General

Wei Wu Wei - Apuntes del Proyecto - Introducción

WEI WU WEI

El Arte de Sentirse Bien

Juan Carlos Orozco

Moderador

Proyecto de origen mixto y holístico

 

APUNTES del PROYECTO

 

Proyecto diseñado para Sueños del Alma

Estos apuntes quieren ser un apoyo de lectura, ampliación y desarrollo comunicativo del proyecto Wei Wu Wei, para quienes empiecen el taller.

Quería especialmente expresarle que, a partir de una experiencia personal, he recopilado una serie de criterios, proveniente de la cultura oriental, especialmente de la Medicina Tradicional China y de otras múltiples fuentes, desarrollando una serie de criterios prácticos, para que en nuestra cotidianeidad regional, nos acerquemos a estos valiosos conocimientos con el fin de entender, practicar y desarrollar “sensibilidad preventiva” hacia una visión de nuestra propia salud.

He tomado un antiguo término oriental el Wu Wei que sintéticamente expresa esta suma de valores que quiero darle como carácter a este taller vivencial y sumamente decidido a exaltar el valor de la prevención a partir del significado de este concepto.

Por eso y en primer término quisiera que comprendan que significa Wei Wu Wei. 

 

CONCEPTO:

 

El Wu Wei es un concepto surgido desde tiempo inmemorial dentro de la cultura China, y supone la aceptación de la existencia en su inmensa complejidad y con sus reglas y procesos naturales, los cuales no pueden ser pasados por alto o cambiadas a antojo en busca de beneficios personales, ya que con estas  acciones solo se altera el orden natural, obteniendo tarde o temprano exactamente el efecto contrario.

El wu wei como cualquier otro concepto ancestral como el de la dualidad o el Yin y Yang, surgió dentro de un estilo de vida ya fuera nómada o rural, en el que la vida del hombre estaría completamente dictada por los ritmos naturales,desarrollándose así un sentido de integridad cósmica.

 

Significado de Wu Wei

Literalmente, el término wu wei significa “no acción”. Otros lo han traducido como “quietud creativa” o “el arte de dejarse estar” nosotros lo hemos nominado “El Arte de Sentirse Bien”.

Ya que esta filosofía supone que no es dable forzar nada, pues las cosas ocurren naturalmente, tal como el día sucede a la noche, una estación a otra y una flor nace y abre sus pétalos pasado el invierno. El wei wu wei no supone que las personas deban renunciar a toda acción o intensión, más bien, que deben aprender a conocer y aplicar con claridad las leyes de la naturaleza y de la conducta humana, de manera que puedan lograrse resultados deseados y permanentes. En nuestro caso la idea es realizar un trabajo personal, con regularidad y sistemático, para prevenir efectos indeseables en la salud y armonizar holísticamente la persona.

 

Ser como el agua en el wei wu wei

 

Encarnar la condición del wei wu wei, se ha asociado a menudo con encarnar la condición del agua, que siendo tan pasiva, blanda y dúctil, tiene la capacidad de erosionar poco a poco a la roca más dura. Esto suponía, para los sabios chinos de la antigüedad, fluir de forma perfecta con todo el entorno y administrar la energía propia con una prudencia eficaz, no consumiéndola en forma inútil y exhaustiva en conflictos y roces, tanto con el entorno natural como con las personas y la propia psique.

 

El wu wei y la forma de vida occidental

El mundo occidental se ha cimentado de manera contraria al wu wei, ya que considera que la base de todo progreso es el desafío y la confrontación, por eso, ha buscado "dominar" y "conquistar".

Sin embargo, a pesar de que pareciera que se han logrado grandes progresos, la realidad es que el mundo está viviendo nefastos resultados en el ámbito ecológico y en la salud física y emocional de las personas. Evidentemente percibimos aquí un alejamiento del hombre al orden natural de las cosas y parte del desarrollo planteado por él en esta visión actual de si mismo lo está enfermando, produciendo a su vez por el sistema reinante una degradación del medio ambiente.

Sin embargo, para aquéllos que quieren conservan un poco de cordura, es aun viable darle espacio a esta sabia forma de vida planteada desde el Wu Wei. Por eso en estos talleres de Sueños del Alma () hemos creado un espacio para poder dedicarnos un tiempo a nosotros mismos, haciendo de nuestras vidas un don de armonía con nuestras propias capacidades y acercándonos más naturalmente a lo que nos rodea, especialmente nuestra cotidianeidad hogareña y laboral. Como así también reconciliándonos con la madre naturaleza.

 

 

Algunos consejos prácticos para aplicar hoy el Wei Wu Wei

 

·         En lo posible, no actuar o no tomar decisiones definitivas hasta que el panorama se haya despejado y las cosas se aclaren por sí solas. Tal como un caminante que cansado y desorientado en una noche de tormenta, se detiene a buscar refugio y descansar mientras espera que el cielo se despeje y se haga de nuevo visible el camino; entonces se podrá continuar sin ningún esfuerzo.

·         Observar siempre con objetividad las circunstancias, ya que la subjetividad no conduce a nada, en verdad está cargada de sentimientos y experiencias muchas veces adversas y con prejuicios que no nos dejan ver con claridad lo que ocurre. Las circunstancias, si se está atento, indican si es el momento favorable para llevar a cabo una tarea: como se dice que “si sopla el viento, es el momento de ir a navegar”.

·         Poner completa atención en lo que se está haciendo, es decir estar concentrados, y no prestarle más atención a lo que ya se ha terminado o a lo ajeno. Hacer que el pensamiento no se disperse en situaciones no necesarias. Se cuenta la anécdota de un monje que a la pregunta de ¿qué había logrado después de tantos años dedicado al budismo zen? Contestó: "cuando como, como, cuando camino, camino...."

·         Buscar el punto de equilibrio, no actuar ni antes, ni después, ni delante, ni detrás, ni de más, ni de menos, así resultará fácil cuando no queden cosas inconclusas. Ya que “Todo lo que está en equilibrio es fácil de sostener”.



Tres Pautas Importantes del Wei Wu Wei

Desde tiempos inmemoriales, algunos antiguos sabios chinos acuñaron un concepto cuya sola enunciación representa un inmenso logro en la historia del conocimiento filosófico a la par que la expresión del método de conducta más sutil y poderosa que existe. 

Frente a los habituales y manidos valores del voluntarismo, la acción desbordante, la energía frenética, o el dinamismo de la excitación, la propuesta de este paradójico hacer sin acción, se revela tan seductora como inaprensible si se trata de comprender desde una perspectiva limitada o reduccionista. Es evidente que nuestra educación occidental ha sido cimentada precisamente en la exaltación de esos principios, y hemos sido formados en la cultura de que por encima de los medios está la consecución de los objetivos, y que son los logros los que determinan ese apreciado valor social llamado éxito, que a veces de manera lastimosa tratamos de alcanzar incluso a costa de las conductas más destructoras tanto con uno mismo como con los demás. Tal vez por ello, el Wu Wei sea para nosotros, los occidentales, más difícil de comprender que para los pueblos de Oriente aunque, en realidad, el factor educacional es mucho menos condicionante que el deseo sincero que cada persona tenga de orientar su vida hacia la conquista de la paz interior.

Pero, ¿es este concepto algo más que una reflexión ingeniosa fruto de alguna mente extravagante? Y, lo que es más importante: ¿es susceptible de ser aplicado en el ámbito de lo concreto, en el mundo de lo práctico?, ¿cómo es posible hacer desde el no-hacer?, ¿no son ambas ideas antagónicas? Pues bien, la práctica del Wu Wei en la vida diaria no sólo es posible, sino que reporta unas cotas de calidad de vida, tanto exterior como interior, de gran valor.

Veamos ahora las tres pautas principales sobre las que es posible desarrollar el Wu Wei y cuyo aprendizaje crea un modelo de escenario idóneo donde el arte del no-hacer puede manifestarse.

 

La tranquilidad

Si la definimos como la virtud de no desasosegarse con facilidad y el dominio en la eliminación de los movimientos –tanto físicos, como emocionales y mentales-, la brusquedad y la violencia, con su obtención lograremos un elemento imprescindible para la acción correcta en todos los órdenes de la vida.

Si bien es cierto que la tranquilidad es un fruto que crece a la luz de la madurez y la experiencia, no es menos cierto que se trata de una actitud asumible y adaptable a nuestra conducta a través de un aprendizaje consciente.

 

La ligereza

Dentro de la enseñanza taoísta, podemos definir la ligereza como la virtud de no cargar de contenidos densos el significado de los sucesos en los que somos protagonistas –tanto si son felices como si son funestos- así como el dominio de discernir adecuadamente entre aquello que es importante y lo que no lo es o, dicho en palabras de los antiguos sabios, separar lo fundamental de lo accesorio. Es obvio que esta separación, realizada desde un cierto nivel de consciencia, invita necesariamente a ser liviano ya que, en realidad, aquello que es realmente importante “un hombre de verdad es capaz de llevarlo dentro de sí mismo”.

 

La sencillez

Aplicando una somera observación a la conducta humana, se evidencia de inmediato la enorme tendencia que tiene el hombre a complicar las cosas, lo cual está íntimamente ligado a su asombrosa capacidad para perjudicarse a sí mismo.

Si definimos la sencillez como la virtud de gestionar la vida con la menor inversión de tiempo, esfuerzo, energía y medios posibles, podremos observar que el beneficio se multiplica en proporción directa a la reducción de la complejidad. Además, si en la virtud de la sencillez está presente la calidad intrínseca a la falta de artificio y la carencia de ostentación, encontraremos en esta conducta ante la vida una de las más queridas por los aspirantes a la maestría del Wu Wei.

  

Algunas Consideraciones:

Antes de continuar debemos aclarar que el Wu Wei no tiene nada que ver, ni con la pasividad, ni mucho menos con la inactividad. Muy al contrario, siendo como es el arte de “permitir que las cosas sucedan siguiendo el flujo natural de la existencia”, podemos afirmar que el no-hacer es la máxima expresión de la acción. Y, en este mismo orden de definiciones, podemos citar a Blofeld cuando habla de “escapar de la acción artificiosa, calculada e interesada” y de la “acción siempre espontánea y de acuerdo al momento presente”. A estas afortunadas expresiones podemos añadir la falta de ansiedad, tensión, cálculo y, sobre todo, de interés respecto a los resultados. Es decir, una acción auténtica y que brota de lo más profundo del ser, dejando al margen todas las artificiosas necesidades del ego.

Dentro de los factores que envuelven al Wu Wei, lo que se define como la “acción libre de objetivos” representa su eje nuclear. Hemos dicho que todos los elementos de previsión, deseo , necesidad, cálculo y manipulación parten directamente del ego, y toda la catarata de intenciones y objetivos que éste convoca tiene como misión el dar respuesta al complejo e irreal mundo que habita.

Los antiguos maestros se dieron cuenta de que si se le sustraía al ego la posibilidad de “hacer”, esa inactividad iba debilitándolo paulatinamente. Asimismo, siendo conscientes de que la inactividad es nociva en sí misma por la nula capacidad de aprendizaje que supone y por las secuelas que produce la paralización de la energía, desarrollaron la estrategia de la “acción libre de objetivos”, cuya clave es que la energía no esté al servicio del ego para disfrazar sus carencias, satisfacer sus necesidades o proteger de sus miedos, sino ponerla al servicio del ser. Y es en este momento cuando es posible que se establezca el tránsito mágico que va desde el hacer al no-hacer, pues el ser no hace, es.

Ni que decir tiene que en esa identificación total del ser humano con la vida ya no existen ataduras. Además, representa una conquista monumental, la posibilidad de transformarse en una manifestación profunda del poder superior, cuyos actos, por su propia naturaleza, estarán ya siempre al servicio del diseño divino.

Otro aspecto importante a considerar asociado al Wu Wei es el de la no-excitación. Habitualmente, la excitación es el punto de partida de la mayoría de nuestros actos: excitación sensorial, sexual, emocional, mental, intelectual, etcétera. De hecho, una de las causas principales de la infelicidad humana reside, según los antiguos maestros, en la búsqueda incesante de nuevas fuentes de excitación, es decir, de estímulos exteriores susceptibles de crear reacciones en nosotros. Pero esta facultad reactiva, si bien supone una enorme fuente de aprendizaje necesaria, es capaz de convertirse, incorrectamente utilizada, en la mayor responsable de nuestra falta de libertad. Recuerdo una ocasión en la cual, un maestro Zen que estaba de visita en España ilustró esta enseñanza señalando al toro bravo, perennemente “excitado” por la muleta del torero, como símbolo de la enorme capacidad de manipulación que la excitación es capaz de provocar en el ser humano.

Los mejores argumentos y herramientas que podemos manejar para huir de la terrible servidumbre que supone la excitación son la indiferencia y desafectación frente a lo superfluo, lo estúpido o las múltiples y variadas “muletas” que la vida diaria nos presenta como excitantes engaños que nos conducen de un lado a otro, creyendo además que ejercemos nuestra voluntad, cuando en realidad sólo respondemos mecánicamente a un juego de reacciones que nos abocarán la mayoría de las veces hacia el dolor.

 

Cuento Hindú

Este breve cuento hindú puede ilustrar este punto, principalmente en lo que se refiere a las servidumbres emocionales:

Un buscador espiritual con una fuerte tendencia a dejarse manipular por factores externos fue a visitar a un maestro para plantearle el siguiente problema:

-Maestro, no soy capaz de encontrar la paz interior.

-¿Cuál es el motivo?- interrogó el maestro.

-Lo ignoro. Por eso estoy aquí, buscando tu sabiduría y consejo.

El maestro quedo pensativo unos instantes y dijo:

-Vas a ir ahora mismo al cementerio. Allí te sentarás en medio de las tumbas y pasarás la mañana elevando toda suerte de elogios a los muertos.

El discípulo obedeció y, una vez que hubo cumplido la tarea, regresó.

-¿Has hecho lo que te dije?- preguntó el maestro.

-Así lo he hecho- respondió el estudiante.

-Bien; pues ahora volverás al cementerio y pasarás la tarde vertiendo insultos e injurias a los muertos.

El discípulo volvió a cumplir la orden del maestro.

Llegada la noche, regresó de nuevo.

-Maestro, durante la mañana he ensalzado las virtudes de los muertos con toda clase de elogios, pero por la tarde he ofendido gravemente a esos mismos muertos con grandes insultos. ¿Puedes decirme ahora el objetivo de tus mandatos?

-¿Qué te contestaron los muertos?- preguntó a su vez el maestro-

-¿No se mostraron satisfechos y se vanagloriaron con tus alabanzas?, ¿tal vez se volvieron indignados y coléricos con tus insultos?

-Pero maestro, eso no es posible. ¿Cómo van a reaccionar si están muertos?

-Pues eso es exactamente lo que has de esperar de ti mismo: la ausencia de reacciones, tanto ante las ofensas como ante las alabanzas. Si alguien te insulta y enciende tu cólera, ¿no ves el poder que tiene sobre ti? Si alguien te alaba e inflama tu vanidad, ¿no ves el poder que tiene sobre ti?...

 Tu paz interior la tienes ahora en manos de los demás o en poder de los acontecimientos que te rodean. Ve y rompe esas cadenas, recupera tu libertad y entonces encontrarás la paz interior.

Fin

 

Volvamos al Wei Wu Wei comentado por Osho

Definitivamente, me atrevo a decir, no sea mala propuesta el ejercitarse en el aprendizaje de esta acción sin-hacer, y aunque si bien la aspiración que nos deja la frase de Chuang-Tse “La alegría y la felicidad perfectas sólo pueden encontrarse en la no-acción” puede esta frase sonar un poco elevada, pero sí creo nos podemos reencontrar, aunque sea en un tono más modesto, con algunos valores un tanto olvidados como los mencionados de la sencillez, tranquilidad, ligereza y anonimato, que definitivamente podrían ser nuestros como parte ya de una manera de ser.

 Ahora veamos que dice Osho:

“En el mundo de la objetividad, la acción es muy importante. Hay que ser activo porque solo la acción es pertinente en el mundo de las cosas. Si haces algo así tendrás más cosas; solo haciendo algo es que se puede cambiar en el mundo de la objetividad. 

Pero en el mundo de la subjetividad… inacción. Hacer no es importante pero sentir sí lo es.
La persona subjetiva es más somnolienta, es soñadora, holgazana. La persona objetiva es activa, obcecada por la acción.  Siempre necesita hacer esto o aquello, no puede solo sentarse, no puede descansar.  Puede dormir  pero al despertar tiene que hacer algo.
La persona subjetiva es inactiva. Es muy difícil para ella pasar a la acción.

La persona espiritual es la reunión de los opuestos, acción en inacción, inacción en acción. Hace cosas, pero las hace de tal manera que nunca se vuelve un hacedor. Permanece como un vehículo de Dios, un medio; incluso si estuviese haciendo algo, no lo está haciendo… El modo de hacer de esta persona es muy juguetón, no hay ninguna tensión en ello, ninguna ansiedad, ninguna obsesión. E incluso cuando está inactiva, no es pesada. Si está sentada, o acostada descansando, está llena de energía. No es letárgica, tiene una energía radiante.  Porque los opuestos se encuentran en ella en una síntesis superior, ella puede actuar como si estuviese en un estado de inacción y, aún así,  puedes sentir esa energía. Puedes sentir una vibración de tremenda actividad alrededor de su Ser.

Donde quiera que ella se mueva, trae vida a las personas. Solo por su presencia las personas muertas se tornan vivas; solo con su toque las personas muertas vuelven a la vida.

Esto es WEI WU WEI: Sin moverte ni una pulgada llegas. Aquellos que te sugieren metas son tus enemigos. Esos que te recomiendan volverte algo, y/o como…, son los envenenadores.  El real maestro simplemente dice, “no hay nada en que convertirse”,  tu ya ERES desde siempre.  Deja de correr atrás de sombras, siéntate silenciosamente, no haciendo nada, la primavera viene y el césped crece por sí solo.

La actividad es SANSARA, la actividad es el mundo; y cuando las personas de Zen dijeron “abandona el mundo, ellos no quieren decir “deja tu casa, deja la sociedad”, ellos quieren decir “abandonen sus motivaciones para actuar”, “abandonen los apegos”. Incluso si tuvieras que hacer algo, hazlo muy pasivamente. Si estas caminando en la calle hazlo pasivamente. Por dentro, el zazen continúa, por dentro permaneces sentado, moviéndote solo en el exterior.

Si estuvieras comiendo, come, pero por dentro permanece sentado. Poco a poco esa postura interna es alcanzada,  en la que puedes hacer cosas sin actividad. Una vez aprendido esto, puedes hacer cosas y no será una perturbación. Pero primero la persona tiene que llegar a las raíces, en un estado de centro profundo. 

Relajarse no es una cuestión muy simple; es uno de los más complejos fenómenos, porque todo aquello que nos enseñaron fue tensión, ansiedad, angustia.
Un observador no es un mero espectador, entonces … qué es un observador?

Un observador es aquel que inclusive participando permanece atento. Un observador está en un estado de Wei Wu Wei. Un observador no es aquel que escapa de la vida.  Prueba caminar por la calle y recuerda que eres una consciencia. El caminar continúa, pero algo nuevo se suma, una nueva riqueza. Tendrás que aprender; es una acción negativa. Es una de las cosas más importantes a aprender. Sabemos hacer cosas; este es el modo positivo, agresivo, masculino. Hay otro enfoque,  más sutil, con más gracia, más femenino: estar en un estado de dejarse llevar, estar en un estado de rendición, y permitir a la existencia que fluya por ti. Esto es el hacer a través  del no hacer. De cierto, modo es negativo, porque no haces nada.

Significa permitir que las cosas ocurran. No hagas nada, permite que ocurra!. Y éste es el camino del corazón.

El camino del corazón significa el camino del amor. Puedes hacer el amor?  Es imposible hacer el amor. Puedes estar apasionado, pero no puedes hacer el amor. Aunque usemos expresiones, como “haciendo el amor”, que tontería!

Como puedes hacer el amor? Cuando el amor ES, tú no lo haces. Y cuando el amor ocurre, el manipulador, el hacedor desaparece. El amor no permite ninguna manipulación de tu parte. Ocurre, ocurre repentinamente, inesperadamente. Es un presente, de la misma manera que la vida es un regalo, el amor es un  regalo.

Estos son momentos extraños, cuando no hay ninguna acción y ninguna inacción, y tú estás inmóvil. No es que estés en un estado letárgico, tienes energía, pero esa energía esta simplemente allí como una reserva que sube cada vez más alto, más y más.

Estás al borde de un nuevo modo de vida: acción en inacción. Entonces una actividad nueva comienza, en la cual no eres el actor, en al cual eres solo el vehículo, el medio.

Para estar en su centro, la persona necesita ser femenina, pasiva, inactiva, no hacedora, no interferir, WEI WU WEI, meditativa; es necesaria la meditación, relajarse, no estar concentrado.  La persona tiene que relajarse completa y totalmente.

Cuando no estás haciendo algo estás en tu centro; cuando estás haciendo algo habrás salido de él. Cuando haces mucho, te alejaste demasiado de tu centro. Llegar más cerca de él significa que estas abandonando todas las actividades, estas aprendiendo a ser inactivo, estas aprendiendo a ser un no-hacedor.

Primero vuélvete femenino, después masculino. Primero sé pasivo, después introduce la acción. Y cuando la acción venga de la inacción, florece la beatitud; algo del más allá.  Pero la inacción tiene que aprenderse primero y después la acción. Entonces esta acción no es, de ningún modo, agresiva, y es esto lo que la torna bella, graciosa, meditativa. Y cuando ambos son equilibrados ocurre la verdadera libertad.

El concepto taoísta del we-wu-wei tiene que ser recordado por todo terapeuta: No interferir! Solamente abre las posibilidades, las vuelve disponibles. Sólo abre la puerta.”

 

Osho - (Compilación y traducción libre de Prashanto)

Traducido y adaptado al español por Rubén A Miranda (rambaires@gmail.com

 

 Juan Carlos Orozco Bertino 

Còrdoba -- Argentina. 
Tel: 0351-4768802 
Cel: 0351-156-106768

 Sueños del Alma

Av. Poeta Lugones 334 Loc. 2 (Nva. Córdoba-Córdoba)

Av. San Martín 2280 (Villa Carlos Paz- Córdoba)

+54 9 351-3258606

rosaibatrouni@yahoo.com.ar

www.casadelalma.com

publicado por juancaorozco a las 11:54 · Sin comentarios  ·  Recomendar
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Juan Carlos Orozco

Tecnico de Laboratorio. Masoterapeuta Holistico.Estudio e investigación de la Bioenergética y sus asociaciones ligadas al Stress.
Estos apuntes quieren ser un apoyo de lectura, ampliación y desarrollo comunicativo del proyecto Wu Wei Wu, para quienes empiecen el taller.
Quería expresarle que,he recopilado una serie de criterios, proveniente de la cultura oriental para desarrollar el Wei Wu Wei.

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